1. Sella la base de la caja para que solo quede una cara a la vista.
2. Elimina las solapas para dejar una cara completamente abierta.
3. De las 5 caras que le quedan a la caja, abre ventanas en 3 de ellas, respetando la base y la parte de atrás.
4. Para reforzar el cartón y conseguir un acabado más estético, coloca cinta aislante en todos los bordes.
5. Pinta la caja del color que desees, yo opté por el negro por mera estética, pero es mucho más lógico y funcional utilizar el blanco, ya que éste refleja mucho más la luz.
6. Aplica cola blanca en los marcos y cubre las ventanas con papel vegetal.
7. Por último solo debes recortar la cartulina del color que requieras para poderla adaptar a tu caja y conseguir el efecto del fondo infinito.
Nota: Para conseguir una iluminación correcta, es importante que las bombillas en las lámparas que coloques compartan una misma temperatura de color.